Para esta actividad se nos pidió hacer “simples manchas” de cualquier forma: difuminándolas, soplándolas, extendiéndolas con el dedo, echándoles agua y moviendo el papel de un lado a otro, etc. que luego ya no serían tan simples ya que tendríamos que ponerle muuucha imaginación al asunto y hacer de esas manchas imágenes, y de esas imágenes un cuento.
El cuento que inventé es el siguiente:
Un día, un niño llamado Daniel fue a la playa con sus padres. Mientras ellos charlaban, Daniel se aburría porque no le interesaban esas conversaciones; entonces, decidió inventarse una historia para entretenerse.
La historia cuenta la batalla entre dos guerreros enmascarados, que se enfrentan montados a caballo, con escudos, lanzas y espadas.
Un hombre daba la salida disparando al aire con una pistola de aire comprimido, y sin querer y con mucha casualidad, dio a un pajarillo, que calló al suelo.
Mientras Daniel seguía con su historia, de repente, saltó un delfín a lo lejos que lo despistó, y dejó su historia a medias, sin desvelar quién fue el caballero vencedor.
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